VIDA, PASION Y MUERTE DEL PARTIDO
LIBERAL COLOMBIANO
"En
este momento sí que es claro que
la Patria está por encima de los
partidos"
Luis
Carlos Galán Sarmiento
La consulta
del Partido Liberal Colombiano del pasado 19 de Noviembre de 2017, para elegir
al candidato que representará a ese partido en las aspiraciones presidenciales
próximas, deja un panorama oscuro en ese histórico grupo político.
Con una pálida
y lánguida participación de ciudadanos que a duras penas alcanzó el 2% de la población apta para
votar, llevan hoy al partido a su peor representación en la historia. Y es que
su fundador debe estar revolcándose en su tumba, por ese adefesio de partido
que hoy sus líderes han llevado al esperpento.
Don Ezequiel
Rojas, prohombre defensor de las ideas progresistas, jamás se pudo imaginar que
una manada de sin vergüenzas, leguleyos y mamertos, que se hacen llamar líderes
de un movimientos políticos histórico de esta nación, fuesen a degradarlo en
tal forma y al punto que en las dos últimas elecciones presidenciales no
tuvieron candidatos; les resultó resignarse y vivir cual parásitos enmermelados
estos años y su presente no puede ser peor.
En una
consulta electoral en la que podía votar cualquier ciudadano,
independientemente de su inclinación política y que a duras penas logró 744.521
electores de 35.091.924 capacitados para votar, dejan ver lo bajo que ha caído
esa comunidad política.
El ejercicio
de insensatez y estupidez en el nombre de la democracia, o denominado por
muchos como el sepelio del Partido Liberal, le costó a los colombianos la
módica suma de 40 mil millones de pesos, sin adicionar los recursos de apoyo que
algunas entidades territoriales invirtieron de su propio presupuesto, ello sin
contar la aberrante consecuencia de que debemos pagar los votos obtenidos en la
misma. ¡Que descaro!.
Los miembros
de ese partido, en especial sus dirigentes, si algo de honorabilidad les queda,
deberán pedir perdón de rodillas a los colombianos por utilizar la democracia
como herramienta de despilfarro electoral, que en estos momentos de recesión
económica no son nada benefactoras a las
finanzas públicas.
La muerte
política es un término que no me gusta utilizar, porque en el futuro mediato y
con coaliciones politiqueras los partidos o las juventudes liberales podrían resurgir
de las cenizas al movimiento, pero lo que hoy es cierto es que poco o nada
queda del partido de grandes caudillos como Jorge Eliecer Gaitán, Luis Carlos
Galán, entre otros.
ANGEL
ANDRES TORRES HERNANDEZ
@angelloth@hotmail.com