¡Paranoico! resulta el espacio
histórico del socialismo bolivariano del siglo XXI,con las declaraciones del
vicepresidente de la hermana República Bolivariana de Venezuela, resonando además las
palabras del finado presidente quien sostenía que su enfermedad al igual que otros
mandatarios latinoamericanos de izquierda podría ser producto de una tecnología
desarrollada por los Estados Unidos.
Si bien es cierto, Washington
tuvo que excusarse por sus experimentos biológicos realizados en Guatemala; la
muerte del líder palestino Yasir Arafat obedeció posiblemente a envenenamiento
generado por un material radiactivo llamado polonio 210, entre otros casos, la teoría
de conspiración en contra de la corriente izquierda
surgida en algunos países de
América Latina, no tiene asidero científico que la respalde.
De hecho, la ciencia ha
demostrado todo lo contrario, que la enfermedad del cáncer no puede ser inoculada. Sin
embargo, no se requiere ser un experto científico para desvirtuar dicha teoría
conspiradora, basta con hacer un fugaz análisis de la tesis en sí misma para obtener las algunas
conclusiones
En primer lugar, el cáncer no es
contagioso, de lo contrario fuese considerado una pandemia; en segundo lugar, al
presidente Juan Manuel Santos, quien no es de corriente izquierdista, le fue
diagnosticado la enfermedad y en tercer lugar, resulta ridículo pensar que los gringos
quieren inyectar algún tipo de cáncer maligno en los líderes socialistas latinos y no
han contagiado con gripe a su más acérrimo enemigo, el ex mandatario cubano Fidel Castro
o a su hermano el presidente Raúl después de 50 años de poder.
Así las cosas, lo que
verdaderamente tiene el socialismo del siglo XXI es un DELIRIO DE PERSECUSIÓN, una agonía de
poder, un reflejo de mártir que incita lastima,el temor de ser derrotado y
humillado. Por lo tanto señor maduro, la política no se alimenta de complejos ni
sentimientos de pequeñez, sino que los próceres persisten por sus ideales de altura.
ANGEL ANDRES TORRES HERNANDEZ
angelandresth@gmail.com