LA PAJA EN EL OJO
AJENO
¿Cómo puedes decir a tu
hermano: “Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo”, tú que no ves
la viga que tienes en el tuyo?
¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro
para sacar la paja del ojo de
tu hermano” (Lucas 6, 41-42)
Día a día enfocamos nuestra
crítica a la hermana república venezolana por la
desafortunada situación
afronta, sus niveles de inseguridad al mil, desabastecimiento
de alimentos por doquier, una
inflación que en cualquier momento explota, la
devaluación de su moneda no
tiene precedentes, no hay medicinas para atender las
enfermedades y como si fuera
poco las instituciones abusan de su poder, hechos que
tienen a ese país en la
debacle.
Sin embargo, los colombianos
mancillamos a los vecinos sin fijarnos este país no está
muy lejos de la cruda realidad
de los chamos; deberíamos utilizar un espejo y tratar de
quitar la viga desecho que
cubre nuestra mirada y no nos deja ver la paupérrima
situación propia.
Los niveles de inseguridad por
los que estamos viviendo no tienen precedentes en
nuestro país, ni en épocas de
guerra de carteles ni de enfrentamientos de paracos y
guerrillos, hoy en Colombia no
estamos tranquilos ni en el encierro del hogar, nos roban
hasta en la propia casa; en
las calles te matan por un celular o te atracan en pleno
servicio público de transporte.
No hay desabastecimiento en
los supermercados pero si en los bolsillos, si bien
encuentras que comprar, no
puedes hacerlo por la sencilla razón que tienes dinero, las
fuentes de trabajo son
escasas, el desempleo superó el 12% según las cifras del
gobierno, algo que no se veía
hace más de 16 años.
La inflación, es la más alta
en los últimos 18 años y como si fuera poco, el Salario
mínimo legal del último año,
perdió tres puntos con respecto a la inflación, es decir, el
incremento del salario es
inferior al Índice de Precios al Consumidor.
La devaluación no debemos
compararla, Colombia perdió poder adquisitivo en su
moneda con respecto al dólar
en un 36% en menos de año y medio, en ese lapso
pasamos de comprar dólares de
$1.800 a más de $3.000.
Mientras los venezolanos
mueren por la falta de medicinas, los pacientes en Colombia
no son atendidos y lo peor es
que el gobierno culpa a las EPS y ellos mismos las
vigilan; otros culpan al
sistema que en otros países sí funciona.
Y por el lado de las
instituciones ni que hablar, hoy no el gobierno no ejerce soberanía
en algunos municipios, donde
las FARC hacen campaña política en las instituciones
educativas armados hasta los
dientes, violando el derecho internacional humanitario.
Vivimos en un país en donde
estamos acostumbrados a mirar la paja en el ojo ajeno,
pero no tenemos el valor de
buscar un espejo y revisar la viga que cubre los nuestros,
deberíamos tomar una escoba y barrer la propia casa.
Hipócritas responsables de
nuestra propia miseria.
ANGEL ANDRES TORRES HERNANDEZ
angelloth@hotmail.com
@angelandresth