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CORRUPCION… DIME CUANTO PAGAS Y TE DIRE QUIEN ERES

CORRUPCION… DIME CUANTO PAGAS Y TE DIRE QUIEN ERES

"Tenemos que reducir la corrupción a sus justas proporciones"
Julio Cesar Turbay Ayala

Ahora resulta que la corrupción es presuntamente un flagelo de moda, al cual hay que atacar, o peor, utilizar como caballito de batalla para la contienda política de las próximas elecciones, olvidando que ente país es corrupto desde su propia existencia; mientras tanto, hacemos el ejercicio al revés, atacamos este cáncer cuando ya ha hecho metástasis.

La corrupción es inherente al ser humano, al menos de esa manera lo deja ver la frase emblemática del expresidente Turbay Ayala, que tanto escándalo causó en su momento, porque al parecer, la corrupción no debería existir siquiera en nuestra mente.

Tratando de buscar el origen del problema, siempre nos remitimos a los políticos y demás servidores públicos, son el ojo del huracán, y bueno en parte diría yo, porque cual sería el alcance de la responsabilidad del servidor, si es nombrado por un político corrupto que yo le otorgue licencia para corromper mediante mi voto. Luego entonces, haciendo este raciocinio elemental se detecta que los corruptos somos todos los ciudadanos que elegimos a los mismos sin vergüenzas, ineptos y soberbios para que roben y hagan, como consuelo a nuestra mediocre mentalidad.

A esos ciudadanos educamos, desde niños los enseñamos mentir, a ser más vivos o aventajados que los demás, imprimiendo en ellos lo que llamamos malicia indígena, so pena de ser tildados de bobos o idiotas; así de sencillo, como cuando le decimos a nuestros hijos, si llega alguien tocando a la puesta y buscándome, dile que no estoy; craso yerro de formación, y lo peor es, que si se equivoca o no hace lo que le pedimos, es objeto de castigo.

Dejamos entonces la responsabilidad de una formación sana a un Estado ya contaminado, enviamos los niños al colegio, esperando que los maestros enderecen el tronco doblado, esperanzados en un gremio que abierta y públicamente negocia con candidatos presidenciales sus intereses inter comunis a cambio de sus votos… que desgracia.

Como esa no fue la solución, recurrimos al castigo, esa última ratio ejemplarizante a la sociedad, pero lo peor es que las penas existentes para este tipo de agravio social, resultan las más insignificantes y baratas en el mercado del derecho penal, dejando millonarios y poderosos a los más corruptos, quienes vivirán el resto de sus vidas como reyes y se constituirán en especímenes a imitar por parte del conglomerado social.

Pitágoras afirmó, educad al niño de hoy y no será necesario castigar al hombre, perfectamente aplicable a esta enfermedad, porque la solución debe ser integral, desde el hogar con los valores elementales que debemos enseñar los padres; en la academia con la formación en democracia, urbanidad, civismo, con profesores que no vendan votos; y por supuesto si esto no funciona, el Estado deberá tener mano firme con penas ejemplares y sin rebajas.

Hoy, buscamos la solución solo en el castigo, magno error, porque si hubiese formación en urbanidad por ejemplo, el código de policía y convivencia no existiera. El político de turno no es el remedio, como muchos piensan, eso es como tratar de curar una pandemia con solución salina, debemos iniciar entonces reconociendo que todos somos corruptos, porque el día que en que eso suceda, habremos colocado la primera piedra para la construcción del país que anhelamos…

ANGEL ANDRES TORRES HERNANDEZ
@angelandresth